miércoles, 13 de enero de 2016

“Los Caballeros de la Canción Criolla”

“Los Morochucos” es el nombre de don Armando Ortiz Lamberg, culto y ponderado maestro de ceremonias de la radio, le puso al duo “Los Chamacos” que formaban augusto Ego Aguirre y Luis Sifuentes, debiendo retornar a Lima. Era 1946. En Lima Ego Aguirre tuvo presentaciones con Dante Miller y Alejandro Cortez, como primeras voces, y con Pepe Cordero como primera guitarra.

Fue definitivamente consagratoria para “Los Morochucos” la presencia de Oscar Avilés pues desde entonces la prensa especializada, distinguió al trio que conformaban Avilés con Cortez y Ego Aguirre, como “Los Caballeros de la Canción Criolla” los arreglos de Avilés le dieron nueva personalidad a “Los Morochucos” , algo insólito en el cancionero popular de la época.

Las empresas de espectáculos se disputaban la preferencia de contar en su elenco a “Los Morochucos”, trio que con la espontaneidad de Avilés, su primera guitarra, y en cualquier momento, primera voz de Alejandro Cortez, así como la sobriedad de la segunda voz y segunda guitarra de Augusto Ego Aguirre, conquistaron a los públicos más difíciles del medio.

“Los Morochucos”, en la historia de la Danza y la canción criolla, han escrito una página realmente inolvidable de calidad y de renovación que se le reconoce. Quedan, como documentos veraces, varias impresiones discográficas de larga duración consideradas de catálogo entre las más importantes de nuestro cancionero.


Disuelto “Los Morochucos”, Avilés tuvo notable presencia con el Conjunto “Fiesta Criolla”, dándole más fuerza y personalidad a los mejores grupos en sus grabaciones, impactantes con Arturo Cavero; Alejandro Cortez tuvo mucha aceptación formando duo con “Los Favoritos” con Noemí Polo y Augusto Ego Aguirre decidió su retiro por una dolencia que lo aquejaba. Hoy queda el recuerdo grato de lo que alguna vez fue “Los Morochucos”          

1 comentario:

  1. No es posible que no exista mas información del verdadero personaje importante de los Morochucos, es decir, de Don Alejandro Cortéz. No se dice nada de la ubicación de sus últimos restos, de su hogar, etc. Cortéz fué sin duda la voz más hermosa y melodiosa de la canción criolla de todos los tiempos, y su memoria debe ser homenajeada y venerada por las gemneraciones futuras.

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