miércoles, 13 de enero de 2016

“La Chichera” de Baquerizo

Entre los cultores de la música popular de ritmos vibrantes y cadenciosos del valle del Mantaro, está el destacado músico y notable compositor Carlos Baquerizo, huancaíno del distrito de Sicaya que con su armónica en la que interpreta sus huaynos, hace su debut en el escenario de un coliseo limeño en los años 50, presentados por el recordado animador de moda de ese entonces, Emilio “Moticha” Alanya.

Entre sus decenas de huaynos, Baquerizo vive, satisfecho de la acogida resonante que siempre tuvieron y siguen teniendo sus composiciones, pero el tema que le dio los mayores éxitos y que, por ende lo llevó a la gloria de su arte, fue su cumbia peruana, madre indiscutible de lo que sería la popular música chicha, ritmo que dio origen a cientos de grupos musicales que lo cultivaban.

Y esa cumbia peruana sin versos que inspirara Baquerizo en 1956, no se grababa aun, en vista de no tener nombre, que era lo único que le pedían los funcionarios de la disquera. Aquí es cuando Carlos repara en que, durante las temporadas que vivía en Huancayo, no deja de visitar el puesto de venta de chicha de una agraciada muchacha de las inmediaciones del Mercado Central, donde tomaba una refrescante chicha de jora.

La vendedora que conocía perfectamente la trayectoria de Baquerizo, siempre le decía que cuando iba a escuchar su nombre en unos de los discos de la orquesta “Los Demonios del Mantaro”, que dirigía el gran autor; y es así como decide ponerle a su cumbia el nombre de “La Chichera”, que tuvo feliz estreno durante el baile de un matrimonio realizado ese mismo año en el barrio de Balconcillo de La Victoria.


En el mercado de la música, “La Chichera” gana vertiginosa popularidad y todo el mundo la canta. Y es así como nació y como se bautizó “La Chichera”, la cumbia peruana que estableció todo un record de esa disquera y por supuesto, de acogida tanto en el país como en Ecuador, Colombia y Venezuela.         

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