miércoles, 13 de enero de 2016

Para el “Balcón” y “Callejón Limeño”

Elisario Rueda Pinto, que vivió en sus años juveniles en el corazón de la vieja Lima, al alternar sus estudios de medicina con si amorosa entrega a la canción popular, ha escrito muchas canciones que han tenido acogida y siempre están en el repertorio de los más calificados difusores.

Para los carnavales de 1951, como era de tradición en Lima, fueron elegidas las reinas de belleza que pondrían la nota encantadora. Invitado Elisario Rueda Pinto al Baile carnavelesco del entonces acogido local llamado “La Laguna” en Barranco, fue con amigos para pasar una noche más de la bulliciosa celebración. En este baile hizo una gran amistad y bailó reiteradamente con una de las reinas que habían concurrido, y coincidentemente, la chiquilla respondió.

Dos días después, al abrir las páginas de un diario, aprecia una fotografía del carnaval limeño, en que aparece la prenda de sus ojos arrojando flores y serpentinas desde el balcón de su casa ubicada en la tradicional Quinta Heeren. Elisario impresionado, empezó a escribir:

“Balcón, balcón de antaño,
balcón florido, balcón limeño.
Balcón, que con sus rosas cubre
y engalana mi eterno ensueño.
Balcón, donde se guarda la tierna
imagen de mi ángel bello.
Balcón, donde una noche cual dulce
virgen la conocí…”

El músico de temas populares, poeta de barrio le contó a la encantadora reina de carnaval sobre su humildad, a los que ella igualmente le respondió, confesándole que había nacido en un callejón de barrio. Pero prontamente, se enfriaron las relaciones y en una discusión, ella negó haberle contado de su nacimiento en un viejo solar. Rueda Pinto, con un vals le dio respuesta.



“No te avergüences limeña
De tu barrio de ayer,
Ni tampoco de aquel sitio
Que un día te vio nacer;
No te avergüences hoy día
Que vives en gran mansión,
Y recuerda con cariño que naciste en callejón…”

Y es así como fueron los versos de “callejón Limeño” otro de sus éxitos valses que con prontitud estuvo en el repertorio de calificados artistas del criollismo. Elisario Rueda Pinto guarda el grato recuerdo de ser el protagonista de esta historia. 

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