El Fortín de La Pochola
En los años 1940 hasta 1945 cuando en la legendaria Quinta
Heren de los Barrios Altos de Lima vivía un huésped que era nada más y nada
menos que un ave de rapiña que en el mundo de la zoología la conocen como el
buitre sudamericano, el cóndor. Este cóndor propiedad de la familia Pardo Heren
en vez de mostrarse como una fiera con alas llevaba una vida doméstica como un
ave de corral confundida con los vecinos de esa villa en Los Barrios Altos.
Todos conocían a este condor con el nombre de “La Pochola” y
estaba tan familiarizado con la bulliciosa muchachada de la quinta, que recibía
los potajes que todos le ofrecían, sin temor a ataque alguno. ¡Increíble! Una
perrita perrita llamada “Titina” jugaba dentro de la verja central con “La
Pochola”, dándose volantines mientras otros perros que apenas veían al cóndor
salían disparados del susto.
Cuando los jóvenes que integraban el club “Deportivo Quinta
Heren” lograban algún triunfo e ingresaban a su quinta, alegres lanzando gritos
de satisfacción, daba la impresión que “La Pochola” los entendía y se ponía a
dar saltos y a abrir sus extensas alas en señal de regocijo; el periodismo hizo
eco de este hecho en donde alguna vez bautizaron a la “Quinta Heren” como “El
Fortin de la Pochola”
“La Pochola” no era ave cautiva, vivía libremente, dando sus
paseos por todo su reducto. Fue en cierta oportunidad que saliendo, como era su
costumbre, hacia la puerta de la calle por donde pasaba el tranvía eléctrico,
un maquinista irresponsable le metió su pesado vehículo dejando sin vida a “La
Pochola”. Esta muerte fue muy llorada por grandes y chicos del barrio durante 5
años.
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