miércoles, 13 de enero de 2016

El Fortín de La Pochola

En los años 1940 hasta 1945 cuando en la legendaria Quinta Heren de los Barrios Altos de Lima vivía un huésped que era nada más y nada menos que un ave de rapiña que en el mundo de la zoología la conocen como el buitre sudamericano, el cóndor. Este cóndor propiedad de la familia Pardo Heren en vez de mostrarse como una fiera con alas llevaba una vida doméstica como un ave de corral confundida con los vecinos de esa villa en Los Barrios Altos.

Todos conocían a este condor con el nombre de “La Pochola” y estaba tan familiarizado con la bulliciosa muchachada de la quinta, que recibía los potajes que todos le ofrecían, sin temor a ataque alguno. ¡Increíble! Una perrita perrita llamada “Titina” jugaba dentro de la verja central con “La Pochola”, dándose volantines mientras otros perros que apenas veían al cóndor salían disparados del susto.


Cuando los jóvenes que integraban el club “Deportivo Quinta Heren” lograban algún triunfo e ingresaban a su quinta, alegres lanzando gritos de satisfacción, daba la impresión que “La Pochola” los entendía y se ponía a dar saltos y a abrir sus extensas alas en señal de regocijo; el periodismo hizo eco de este hecho en donde alguna vez bautizaron a la “Quinta Heren” como “El Fortin de la Pochola”

“La Pochola” no era ave cautiva, vivía libremente, dando sus paseos por todo su reducto. Fue en cierta oportunidad que saliendo, como era su costumbre, hacia la puerta de la calle por donde pasaba el tranvía eléctrico, un maquinista irresponsable le metió su pesado vehículo dejando sin vida a “La Pochola”. Esta muerte fue muy llorada por grandes y chicos del barrio durante 5 años.      

  

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