miércoles, 13 de enero de 2016

Un Empresario con Mucha Chispa

Por los años 30, 40 y 50 Lima y sus vecindades eran pródigas en espectáculos de los llamados varietés  en las salas cinematográficas de barrio principalmente. Los promotores como es lógico saber no eran pocos, entre ellos, había uno que entre los respetables, tenía salidas, de esas que hacían reír al más indiferente. Ese señor era más y nada menos que don Juan Dellepiani.


Don Juanito como tenía buenas programaciones, era siempre visitado por los artistas de mayor postín de aquellos tiempos, así como también los que soñaban serlo o por lo menos a los que querían alcanzar a ser programados en un debut. Entre ellos estaba el joven recitador criollo Aurelio Collantes a quien con los años, el animador broadcaster Juan Silva Villacorta lo bautizó como la Voz de la Tradición”.

Aurelio, que andaba tras los pasos de Juanito para conseguir que se cumpla el sueño que tenia de ser artista, tuvo esa oportunidad en donde al elenco de Juan Dellepiani le faltó un artista que le llegó a fallar en una función nocturna del entonces Teatro Mazzi, de la Plaza Italia, en 1939.


Asi fue, y el maestro Alejandro Villalobos que estaba en el piano recibió el mensaje de que el recitado de Collantes le pusiera como fondo musical, al primero el vals “Idolatría” y al segundo, “Ídolo”. En la primera intervención Aurelio Collantes fue estupendamente aplaudido y entre esos aplausos, dijo un segundo recitado que también mereció igual suerte.


Cuando Aurelio retornaba al camarín se encuentra con don Juan Dellepiani rodeado de varios artistas y mirándolo fijamente le dice: “…Y… Como la ve… ahora qué dice…” don Juan Dellepiani con una seriedad increíble que arrancó risas entre los que lo rodeaban, le respondió: “Muchacho, no vivas equivocado… ¿Escuchaste los dos hermosos valses que tocó el maestro Villalobos…? Esos aplausos fueron para él.” 

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